Reportaje originalmente publicado en ABC el 28/06/2013
Una ruta que recorre destilerías en diferentes Estados muestra la relación entre la historia del país y la elaboración tradicional de este licor
Ser o no ser whiskey americano
El whiskey y el nacimiento de Estados Unidos están íntimamente relacionados. La producción de esta bebida alcohólica fue una de las primeras industrias que florecieron en sus territorios gracias a que permitía a los colonos y terratenientes aprovechar el excedente de grano de cada temporada y convertirlo en un producto imperecedero de gran valor. Se dice además que cuando George Washington lideró a las tropas del Ejército Continental durante la Guerra de la Independencia de EE.UU., el general recurrió al whiskey para ayudar a infundir valor entre sus tropas. El propio Washington llegaría a ser uno de los mayores fabricantes de whiskey del joven país que había ayudado a fundar y del que fue su primer presidente.
Con la intención de explorar esa histórica conexión se ha creado la Ruta del Whiskey Americano, una alternativa turística para todos aquellos que quieran conocer parte de la Historia de Estados Unidos al mismo tiempo que aprenden a apreciar su whiskey. La ruta fue creada por el Consejo de Bebidas Espirituosas Destiladas de EE.UU. (DISCUS) con la finalidad de promover la herencia cultural asociada al whiskey y el turismo de las destilerías más históricas y representativas del país.
En total la ruta al completo incluye la visita a 7 lugares históricos y 8 destilerías que siguen en activo a día de hoy. Para contaros los secretos de la ruta, ABC ha acudido a la reconstruida destilería de George Washington en Mount Vernon (Virginia) y las destilerías de George Dickel, Jack Daniel’s, Maker’s Mark, Wild Turkey, Jim Beam y Woodford Reserve.
Una de las primeras curiosidades que aprendemos durante la ruta del whiskey es que el bourbon, un tipo de whiskey autóctono de EE.UU., le debe su nombre al epónimo condado de Kentucky, un territorio que fue nombrado en homenaje a los Borbones, la familia real de origen francés que durante la Guerra de la Independencia apoyó a las colonias estadounidenses.
Otra temprana lección es que cuando hablamos de whiskey de Estados Unidos o de whiskey americano -como sus productores y la ley de EE.UU. lo denominan- nos estamos refiriendo de manera simple a un complejo caleidoscopio de bebidas. La mencionada categoría no solo está en expansión, sino que actualmente engloba 6 tipos de whiskey entre los que figuran el bourbon y el whiskey de centeno.
Durante el viaje descubriremos que cada tipo de whiskey americano tiene que cumplir una serie de reglas para ser considerado como tal. Por ejemplo, para que un whiskey sea considerado bourbon su fórmula ha de contar con un mínimo de 51 por cien de maíz y haber madurado por un mínimo de dos años en barriles nuevos de arce americano cuyo interior debe haber sido asado. También tiene que haber sido destilado, embarrilado y embotellado cumpliendo unos límites de porcentaje de graduación alcohólica; y no puede haber sido mezclado con otros licores ni tener colorantes o aditivos que le den sabor.
El bourbon tampoco puede ser filtrado. Precisamente por esa razón hay marcas como George Dickel o Jack Daniel’s que no llaman bourbon a su whiskey, sino que lo denominan whiskey de Tennessee. Aunque su producto cumple todos los requisitos legales para ser considerado como tal, estas marcas filtran su bourbon con carbón de leña de arce sacarino en un proceso conocido como el Proceso del Condado de Lincoln. Esta filtración le da un carácter único a su whiskey, por lo que estas marcas han decidido liderar un grupo de presión que pide que el whiskey de Tennessee sea reconocido por el gobierno de Estados Unidos como una subcategoría de whiskey americano, protegida por la ley.
Al margen de estas complejidades legales y técnicas, durante la ruta del whiskey americano conoceremos también la cara más natural de la fabricación de este espirituoso, desde lo que implica utilizar diferentes cantidades de maíz, centeno y malta de cebada en la fórmula de nuestra bebida, a cómo el whiskey adquiere su característico color penetrando en la madera de sus barriles y robándoles sus colorantes y esencias naturales.
Destilería George Washington y Mount Vernon
Cuando George Washington contrató a James Anderson para dirigir su granja, el retirado general y primer presidente de Estados Unidos era un hombre de negocios interesado en sacarle el máximo rendimiento a su propiedad.
Anderson, apodado el Escocés, conocía todos los secretos del whisky fabricado en su lejana patria y sabía que la buena calidad de los cereales que Washington cultivaba serían una magnífica base para un buen whiskey americano. Por eso en 1797 Anderson recomendó a Washington que construyera una destilería al lado de su molino harinero, un proyecto que Washington aceptó, no sin antes someterlo a concienzudo análisis.
Solo dos años después, la destilería de George Washington era ya la más grande de Estados Unidos. Aunque durante algunos años la destilería prosperó, poco después del fallecimiento de Washington esta cesó de fabricar y sus edificios fueron desmantelados.
Hoy en el mismo lugar, ubicado a las afueras de Mount Vernon, se puede visitar la destilería de George Washington, una reconstrucción de la destilería original que actualmente está cien por cien operativa. El nuevo complejo es el resultado del trabajo combinado de un equipo de arqueólogos e historiadores que recuperaron los planos de la construcción y que excavaron los restos que yacían enterrados bajo el barro y la piedra; y financiado por el Consejo de Bebidas Espirituosas Destiladas de EE.UU. (DISCUS).
En la destilería hoy se produce whiskey con la misma fórmula que Washington elaboró: 60 por cien centeno, 35 por cien maíz y 5 por cien malta de cebada. También se hace de forma tradicional y artesanal, por lo que la producción anual de la destilería es pequeña. En 2009, su primer año de producción después de la reapertura de la destilería en 2007, se produjeron 367 litros de whiskey, de los cuales 177 fueron embotellados y etiquetados a mano y puestos a la venta un año después. Los otros 190 fueron embarrilados y almacenados durante dos años.
Durante nuestra visita a la destilería podremos ver el proceso de fabricación al completo, guiados en todo momento por empleados disfrazados con el atuendo tradicional de la época de Washington. También podremos visitar un pequeño museo en el que se repasa la Historia de la destilería, con artefactos recuperados de la excavación de la destilería original o las botellas usadas por el primer whiskey que Washington produjo.
Si tenemos tiempo, es muy recomendable visitar Mount Vernon, la finca que perteneció a la familia Washington durante generaciones y donde Washington vivió antes, durante y después de ser presidente, ya que por aquel entonces EE.UU. no tenía una capital fija y la Casa Blanca no había sido aún construida. En Mount Vernon se preserva íntegramente la casa que Washington heredó de sus padres y que amplió hasta convertir en una enorme mansión. También se pueden visitar sus jardines, disfrutar de las vistas del río Potomac y visitar un reciente museo dedicado a la figura del primer presidente de la joven democracia estadounidense.
Dirección: 5514 Mount Vernon Memorial Highway, Alexandria, Virginia 22309.
Horario de visitas: Abierto diariamente entre el primero de abril y el último día de octubre desde las 10:00 a las 17:00.
Precio: Su precio está incluido en la entrada a Mount Vernon. 5 dólares si se visita de manera independiente a la casa museo.
Recomendaciones: La destilería está ubicada a cinco kilómetros de Mount Vernon. El traslado hasta la destilería no forma parte de la ruta de Mount Vernon, por lo que los visitantes deben organizar su propio transporte hasta la destilería.
Destilería George Dickel
Las verdes praderas de Cascade Hollow, una pequeña región en Normandy (Tennessee) rodeada de colinas, son el idílico entorno de la destilería George Dickel. Tras descubrir su belleza natural y su cercanía con varios lagos y un riachuelo del que podría extraer agua de gran pureza, el exitoso comerciante George Dickel decidió fundar en esta región su destilería.
Fue en 1870 cuando la primera botella de George Dickel vio la luz. Su suavidad y buen sabor llevaron a Dickel a comparar la calidad de su producto con la del whisky escocés. Por ello, Dickel decidió bautizar su brebaje como whisky sin «e», obviando la tradición que se había asentado ya en Estados Unidos de denominar a estos productos como whiskey. «Muchos pensaban que Dickel no sabía deletrear, pero en realidad es que producía un whisky tan bueno como el escocés», señala explica John Lunn, el actual maestro destilador de la compañía, quien resume su labor como un esfuerzo por asegurar que cada gota de whisky que produce la destilería es igual de extraordinaria y delicada que la de la primera botella que se fabricó aquí.
La destilería de Dickel prosperó enormemente hasta 1911, año en el que se vio obligada a abandonar Tennessee, el Estado donde comenzó la Ley Seca y donde primero se erradicó la fabricación y consumo de bebidas alcohólicas.
Más de cuatro décadas más tarde, en 1958, el destilador Ralph Dupps decidió reconstruir la destilería en su emplazamiento original y comenzar a fabricar whisky con la misma receta que Dickel lo hizo un siglo antes: una mezcla perfecta de maíz y dulce malta de cebada, equilibrada con una pizca de centeno. Además, Dupps decidió recuperar el «charcoal mellowing» o maduración en carbón de leña, un proceso de filtración a través de carbón de leña de arce sacarino al que se somete el whisky una vez que ha sido enfriado.
Hoy los edificios originales de la destilería han sido sustituidos por nuevas construcciones. Sin embargo la esencia y el carácter de George Dickel permanecen inalterados en gran medida porque en esta destilería los avances tecnológicos y los ordenadores no han sido incorporados. «Los turistas disfrutarán del tour porque pueden ver el proceso de fabricación de whisky original al completo», explica nuestra guía. Por eso el lema de Dickel es «Hecho a mano con mucho esfuerzo», porque aquí no se utiliza ninguna máquina que no hubiera existido cuando Dickel fundó su negocio, lo que hace que esta destilería sea una de las más artesanales que hay en el país.
Durante el tour a la destilería podremos ver cada uno de los 6 pasos del proceso de fabricación del whisky George Dickel, comenzando por la preparación de la malta remojada en enormes tanques, hasta el llenado y el almacenaje de los barriles donde el whisky reposará durante mínimo de dos años.
A pesar de que el contado donde se asienta la destilería es un «dry county» o un condado donde no se puede comprar o beber alcohol, tras la visita podremos participar en una degustación de los principales productos de la destilería.
Dirección: 1950 Cascade Hollow Road, Tullahoma, Tennessee. Coger la salida 105 de la Interstate 24.
Horario de visitas: De martes a sábado de 9:00 a 16:00. El último tour comienza a las 15:30. Cerrado durante las principales fiestas nacionales.
Precio: Gratis.
Recomendaciones: Anunciar nuestra visita haciendo una reserva online en el siguiente formulario. Las ciudades cercanas a la destilería, y donde recomendamos alojarse, son Nashville, Chattanooga y Lynchburg.
Destilería Jack Daniel’s
Cuando el predicador local Dan Call se vio presionado para dejar de fabricar whiskey por algunos miembros de su congregación en 1859, el párroco decidió venderle su alambique al joven de 10 años que vivía con él y al que había enseñado a destilar desde pequeño. Ese joven era Jack Daniel y no dudó en comprar el alambique y continuar fabricando whiskey.
Ansioso por encontrar la mejor agua para su elixir, Jack Daniel compró una propiedad en Cave Spring Hollow, cerca de una cueva natural de la que emanaba un agua de gran pureza, depurada por la piedra caliza propia de la zona. Esa poza natural comenzó a proveer agua para Daniel en 1866, cuando por primera vez se estableció la marca, y a día de hoy sigue siendo la única fuente de agua para toda la producción de Jack Daniel’s del mundo.
Al lado de este emanadero, rodeado de rocas y plantas salvajes, se encuentra la destilería de Jack Daniel’s, principal motor comercial y atracción turística de la ciudad de Lynchburg (Tennessee).
A pesar de su durabilidad en la región, la historia de la destilería tiene algunos sobresaltos y paréntesis, como el que vivió entre 1909 y 1938. Fue en 1909 cuando la destilería fue obligada a cerrar debido a la Ley Seca. El que por entonces era su propietario y maestro destilador, Lem Motlow, se mantuvo a flote económicamente gracias a varios negocios hasta que en 1938 por fin pudo reabrir la destilería. Si no fuera por Lem, quien era sobrino de Daniel y aprendió de él el negocio del whiskey, probablemente hoy no se podría fabricar whiskey en Tennessee, ya que Lem fue uno de los políticos locales que impulsó la ley que permitiría fabricar whiskey en Tennessee, pero venderlo solo fuera de los lindes del Estado.
Hoy, la destilería ha perdido parte de carácter romántico para dar paso a una enorme fábrica en la que el proceso de preparación del whiskey está industrializado al completo, salvo por un paso: su maduración. El añojamiento del whiskey de Jack Daniel’s sigue siendo regulado y comprobado por un equipo de personas liderado por Jeff Arnett, el actual maestro destilador de la casa. «Jack Daniel tomó decisiones muy obvias para hacer su whiskey diferente a todos los demás», señala Arnett en referencia, por ejemplo, a una fórmula compuesta por 80% de maíz, 12% de malta de cebada y un 8% de centeno; o al uso de la maduración en carbón de leña para filtrar el whiskey.
Como curiosidad hay que aclarar que, por su fórmula, tiempo de maduración y que lo haga en barriles de roble americano, el whiskey Jack Daniel’s podría ser considerado bourbon. Sin embargo, abandona esa categoría en el momento en el que es filtrado por el carbón. Entonces, deja de ser bourbon para convertirse en la más exclusiva categoría de whiskey de Tennessee, una etiqueta que está tratando de obtener la denominación de origen, tal y como hiciera el bourbon hace años.
La visita a la destilería arranca en un pequeño museo cargado de información sobre la historia personal de Jack Daniel y las primeras andanzas de su venerado whiskey #7. Durante cerca de una hora y media pasearemos por las pastorales instalaciones, veremos el lugar donde se quema la madera que, una vez convertida en carbón, filtrará el whiskey; nos acercaremos al manantial de agua natural de la destilería y pasearemos por las perfectamente conservadas oficinas originales de Daniel. También visitaremos la destilería en sí, donde se producen al año cerca de 10 millones de cajas de whiskey; y los almacenes, donde reposan más de 20.000 barriles de cerca de 200 kilos cada uno.
El tour finaliza en una sala privada donde probaremos la gama de productos de la casa.
Dirección: 182 Lynchburg Highway, Lynchburg, Tennessee 37352.
Horario de visitas: Abierto de lunes a domingo desde las 9:00 hasta las 16:00, salvo los principales festivos. Los tours duran una hora y 45 minutos y comienzan 15 minutos. Los tours con degustación comienzan cada hora y solo están disponibles de lunes a sábado.
Precio: Visitas gratuitas. 10 dólares por el paquete de tour y degustación.
Recomendaciones: Hay que ser mayor de 21 años para poder acceder al tour.
Destilería Maker’s Mark
En 1953 el joven Bill Roberts decidió rebelarse contra la rica herencia destiladora de su familia. Desde que su tatara tatarabuelo Robert Samuels había llegado a Estados Unidos 170 años antes, dejando atrás su Escocia natal, la familia Roberts siempre se había dedicado a fabricar whisky (sin «e», al estilo escocés) y siempre con la misma receta.
Pero a Bill le parecía que la añeja receta familiar no era lo suficientemente distinguida. La leyenda cuenta que Bill Roberts quemó la receta familiar, elaboró su propia mezcla a base de 70 por cien maíz, 16 por cien trigo y 14 por cien de malta de cebada, y adquirió una propiedad en las bucólicas praderas de Loretto (Kentucky), donde varios lagos y riachuelos nutrirían su destilería de agua de primera calidad. Un agua que, hay que destacar, no es filtrada más que por la piedra de su lecho.
La finca, conocida como la Destilería Burks, había sido ya una destilería a principios del siglo XIX. Así, aunque Bill rompió con una tradición, recuperó otra diferente: la del bourbon tradicional de Kentucky.
La creación de Maker’s Mark no fue cosa solo de Bill Roberts. De hecho fue su mujer quien tomó las decisiones más importantes sobre la característica imagen de la marca. La primera fue el nombre. Inspirada por la idea de que los artesanos solo le ponen su sello (o su «maker’s mark») a sus mejores piezas, la señora Roberts pensó que si el whisky de la casa era realmente tan bueno, llamarlo como un signo de reconocimiento le daría caché. Ella también definió la forma de la botella, la tipografía de sus etiquetas y el tipo de sello. Sin embargo, la resolución más importante de la señora Roberts fue que cada botella debería ser sellada con cera de color rojo. Aunque Bill Roberts se opuso inicialmente, pensando que ese proceso manual ralentizaría en exceso la producción, al final la opinión de su mujer pesó más y a día de hoy ese caperuzón de cera continúa siendo la seña más distintiva de Maker’s Mark.
Durante la visita a la destilería de Maker’s Mark en Loretto veremos que el rojo sangre de la cera está presente en cada esquina. Se puede ver en las contraventanas, en cuyo centro hay un hueco con la forma del perfil de la botella clásica de la casa. También está en los ornamentos de los puentes y de varios edificios, y en las indicaciones que guiarán nuestros pasos desde el centro de visitantes, hacia la destilería en sí, la zona de embotellado, el almacén de los barriles y, por último, la línea donde se sellan las botellas y se empaquetan para su distribución. La visita concluye en un centro de degustación donde tendremos oportunidad de probar los cuatro principales bourbons de la casa.
En la propiedad, designada Monumento Nacional en 1980, aún se puede visitar un Tribunal de Líquidos que servía como tienda de bebidas alcohólicas en el siglo XIX. Como explica Greg Davis, el actual maestro destilador de Maker’s Mark, este pequeño establecimiento bien podría ser considerado el origen de las ventanillas para comprar sin salir del coche, ya que la gente que quería bebidas espirituosas se acercaba a este puesto montado en su caballo o en su carro para que allí les rellenasen sus botellas vacías.
El entorno es tan idílico, con los aromas naturales de los campos flotando en el aire y el sonido de los grillos resonando en la lejanía, que se ha convertido en un lugar ideal para eventos y celebraciones. Alguien que quedó embelesada con su carácter natural fue Hillary Clinton, quien escogió esta finca para celebrar un evento de su campaña como candidata a las primarias demócratas en 2008.
Actualmente, el hijo del subversivo Bill Roberts, conocido como Bill Junior, sigue dirigiendo la destilería que su padre reinventó. Bajo su liderazgo, Maker’s Mark fue reconocida como la destilería de bourbon en activo más antigua del mundo, la marca dio su salto internacional y en Kentucky establecieron el 25 de febrero como el día Maker’s Mark, en honor a una destilería que se ha convertido en motivo de orgullo local.
Dirección: 3350 Burkes Spring Road, Loretto, Kentucky 40037
Horario de visitas: Abierto de lunes a sábado en enero y febrero, y diariamente de marzo a diciembre, desde las 9:30 a las 15:30. Cerrado los principales festivos.
Precio: 7 dólares por el tour con degustación.
Recomendaciones: Hay que ser mayor de 21 años para poder hacer el tour y visitar las instalaciones.
Destilería Wild Turkey
Cuando nuestra ruta del whiskey estadounidense llega a Wild Turkey, el cambio es notable. Atrás han quedado las escenas pastorales y bucólicas, y la romántica defensa a ultranza de la fabricación del whiskey de manera tradicional y artesanal. En Wild Turkey, una de las destilerías más industrializadas de toda la ruta, lo que importa es la modernidad y la producción, aunque sin perder de vista el sabor y la calidad final del bourbon.
La destilería cumple órdenes de Jimmy Russell, el maestro destilador de la casa y al que todo el mundo en la industria del bourbon considera «una institución». Russell, quien nació a pocos kilómetros de la destilería, lleva en Wild Turkey 58 años y aprendió el negocio directamente de Bill Hughes, quien fuera el segundo maestro destilador de Wild Turkey; y de Ernest Ripy Jr., bisnieto del fundador de la destilería. Su larga experiencia y conocimiento le han valido el apodo de «el maestro destilador de los maestros destiladores», además de formar parte del paseo de la fama del bourbon de Kentucky. Russell, quien bromea que cuando se relaja en su casa bebe té helado, explica que desde que él trabaja en Wild Turkey la destilería solo ha fabricado un mal producto. «Y me podéis culpar a mi de ello», añade.
La destilería Wild Turkey está ubicada en Lawrenceburg (Kentucky), en la orilla del río Kentucky, del que además obtiene el agua para su fabricación. A pesar de su industrial apariencia y naturaleza, esta destilería es un fantástico lugar para ver de primera mano los efectos de la mecanización en la producción de borubon. Entre las diferentes paradas de la visita guiada llaman especial atención el Laboratorio Sensorial, donde el equipo de especialistas de la casa prueba sabores y aromas para nuevos productos; y la línea de llenado de barriles, donde varias cintas automatizadas transportan los barriles vacíos hasta un puesto donde un grifo los llena y un trabajador se encarga de cerrarlos con un tapón de madera y un martillo.
Actualmente la destilería está embarcada en un proceso de renovación de sus instalaciones. Entre las novedades que inaugurarán en los próximos meses está un centro de visitantes con áreas para albergar conferencias y reuniones, además de una espectacular nueva sala de degustación con vistas al río donde probar los 8 diferentes productos que elaboran.
Antes de marcharnos debemos pasar por la tienda de regalos donde, además de los típicos souvenirs, podremos adquirir un rocambolesco aparato que, al sacudirlo, produce exactamente el mismo ruido que un pavo salvaje, el animal que da nombre e imagen a la marca.
Dirección: 1525 Tyrone Road, Lawrenceburg, Kentucky 40342
Horario de visitas: Abierto de lunes a sábado de 9:00 a 15:00. Abierto también los domingos desde marzo hasta noviembre de 12:00 a 15:00. Las visitas guiadas comienzan cada hora.
Precio: Gratuito.
Destilería Jim Beam
Durante más de dos siglos, solo la Ley Seca ha podido impedir a la familia Beam hacer lo que mejor se les da: fabricar bourbon. Desde que en 1795 Jacob Beam estableciese su destilería, siete generaciones de Beams se han dedicado en cuerpo y alma al whiskey de maíz. No fue hasta que James Beam cogió las riendas de la destilería familiar que su famoso bourbon comenzó a llamarse Jim Beam. James, el cuarto Beam en el negocio, fue quien gestionó la destilería antes y después de la Ley Seca. También fue él quien la reubicó en 1933 a Clermont, una localidad en el noroeste de Kentucky cubierta indeleblemente por un manto de hierba verde.
Ahí es donde hoy podemos seguir visitando la destilería Jim Beam, primera parada de la Ruta del Bourbon de Kentucky, que comienza en Louisville y atrae al año a cerca de 350.000 visitantes.
La destilería al completo reabrió sus puertas en septiembre de 2012 tras haber invertido más de 30 millones de dólares en renovar las existentes instalaciones y en construir un nuevo centro para visitantes, un centro de negocios y una nueva sala de degustación. Pero sin lugar a dudas la nueva joya de la corona es su nuevo Centro Global de Innovación, un campus en el que la marca desarrolla nuevos productos y lucha contra la falsificación de los que ya existen en mercados como China o India.
Desde su reapertura, los visitantes pueden ver al completo el proceso de elaboración del bourbon de Jim Beam, desde la muela de los diferentes cereales, hasta el embotellado y empaquetado del producto preparado. «Si hueles uno de estos tanques fermentadores cuando está listo el contenido, tu cabeza pegará un latigazo hacia atrás», nos advierte un guía mientras nos invita a oler uno de los tanques donde acaba de comenzar el proceso de fermentación.
La de esta destilería es una de las visitas más interactivas de nuestra ruta. Supervisados por nuestro guía podremos añadir cereales a la mezcla, probar el whiskey en sus primeras fases de destilado, sellar un barril e incluso vaciar el contenido de uno de los barriles más añejos. Entre los platos fuertes del tour destaca la cárcel de botellas, una habitación donde todas las botellas de la marca están bajo llave; la sala de botellas de ediciones especiales y de coleccionista, y el ascensor de la tienda de regalos, apodado el «destilascensor», ya que su interior está construido a imitación de un alambique para que quienes se montan en él puedan experimentar la sensación de ser destilados.
Durante la mayoría de los tours guiados hay oportunidad de conocer a Fred Noe, actual maestro destilador de Jim Beam y séptima generación de Beam al frente del negocio familiar. Noe es un hombre amable que insiste en que cualquiera que visita la destilería «llega como un amigo y se va siendo parte de la familia». Charlar con él nos permitirá aprender muchos detalles sobre la fabricación de whiskey, algo que Noe lleva haciendo prácticamente desde que aún usaba pañales; hasta secretos de familia y algunas claves sobre el futuro de la destilería. Uno de esos secretos de la destilería es que aquí ya no se llama «angel’s share» a la parte del whiskey que se evapora durante el proceso de maduración en el barril. Desde que en 2004 falleció Booker Noe, el padre de Fred y anterior maestro destilador, ese pequeño porcentaje de alcohol que desaparece se llama «Booker’s share», ya que la familia espera que sea él «el ángel que está disfrutando de ese bourbon».
Dirección: 526 Happy Hollow Road, Clermont, Kentucky 40110
Horario de visitas: La destilería está abierta de lunes a sábados de 9:00 a 17:30 y los domingos de 12:00 a 16:30. Cerrado los principales festivos. Las visitas guiadas empiezan cada 30 minutos. El primero es a las 9:30 y el último a las 15:30.
Precio: 8 dólares.
Recomendaciones: Es recomendable reservar con anticipación la visita guiada. La destilería se encuentra a 30 minutos en coche de la ciudad de Louisville, capital de Kentucky. Recomendamos hospedarnos en esta ciudad y aprovechar para visitar su incipiente escena cultural y culinaria.
Destilería Woodford
En nuestra última parada de la Ruta del Whiskey Americano nos detendremos en Woodford County para visitar la Destilería Woodford, una destilería que insiste en diferenciarse de todas las demás apelando a dos aspectos. Uno es su juventud. El otro, la excelente calidad de su whiskey.
«La mayoría de destilerías os recalcarán lo viejas e históricas que son. La nuestra no es una destilería histórica. Es nueva y nuestro whiskey está hecho para el consumidor actual», enfatiza Chris Morris, es el maestro destilador de Woodford.
A pesar de su declarada bisoñez, la destilería donde Woodford produce su delicado bourbon lleva sirviendo para tal labor desde hace más de dos siglos. Concretamente fue a principios del siglo XIX cuando la familia de Elijah Pepper comenzó a preparar whiskey en estos edificios bajo el nombre de Destilería Old Oscar Pepper. Desde entonces, salvo por algunos breves periodos de tiempo, la destilería ha estado siempre en activo.
El carácter histórico de la destilería se puede detectar allá donde miremos, ya sea en los contenedores de madera donde se prepara la mezcla y se deja fermentar; en sus tres grandes alambiques de cobre o en los rústicos almacenes de piedra para los barriles. Sin embargo, bajo la apariencia tradicional de sus edificios, la destilería esconde algunos modernos secretos, como que la temperatura de su almacén de barriles está controlada por un sofisticado termostato que ayuda a acelerar el proceso de maduración de su bourbon. Como curiosidad, debemos fijarnos en el sistema que utilizan los empleados para transportar los barriles de un edificio a otro: un complejo entramado de raíles que conecta el edificio de la destilería con el almacén y el almacén con el área de embotellado por los que los barriles, cuyo peso supera los 200 kilos, ruedan con facilidad.
La finca de la Destilería Woodford está ubicada en la orilla de un río copioso y bravo del que la destilería extrae toda el agua que luego utilizará para elaborar su bourbon, y rodeada por infinitos prados y hermosos bosques.
La mezcla de Woodford consiste en 72 por cien maíz, 18 por cien centeno y 10 por cien de malta de cebada. «Es el alto porcentaje de centeno lo que le da a Woodford su carácter», según nos explica Morris. La rotunda personalidad de este bourbon ha conseguido que sea nombrado el bourbon oficial del Derby de Kentucky, la famosa carrera de caballos que se celebra cada mayo en el hipódromo de Churchill Downs, en la ciudad de Louisville. Precisamente con Woodford se elaboró una edición especial del Mint Julep, el cóctel típico del derby, valorada en 1.000 dólares.
La destilería tiene un fantástico programa de visitas creado para satisfacer los intereses más variados. Por ello ofrece tres tours diferentes: el Tour del Descubrimiento del Bourbon, centrado en la Historia del bourbon; el Tour del Monumento Nacional, una visita de dos horas dedicada a descubrir los secretos culturales e históricos de la destilería; y el Tour del Maíz al Corcho, una ruta de dos horas en la que podremos explorar los aspectos mecánicos, químicos, técnicos y sensoriales relacionados con la producción de bourbon.
Dirección: 7855 McCracken Pike Versailles, Kentucky 40383-9781
Horario de visitas: De lunes a sábado en temporada baja. De lunes a domingo en temporada alta. Cerrada durante los principales festivos. Consultar horarios según el tour.
Precio: De 7 a 25 dólares por persona. El precio varía según el tour escogido.
Recomendaciones: Es necesario reservar las visitas guiadas con antelación. La ciudad más cercana a la destilería es Versailles. Recomendamos hospedarse aquí o en Louisville.